Me llamo Lourdes Torres. Nací y crecí en la maravillosa Santiago de Compostela, aunque llevo muchos años viviendo en el extranjero, concretamente en Alemania. Hablo español, gallego, inglés y alemán. Estudié Traducción e Interpretación en la Universidad de Vigo y al acabar los estudios hice las maletas y me trasladé a Alemania. Aquí empecé a trabajar como traductora y, al poco tiempo, empecé a formarme como profesora de ELE y a dar clases de español. En 2020 terminé el doctorado en Lingüística Aplicada en la Universidad de Heidelberg, donde doy clases de traducción y español para extranjeros desde 2016. También soy examinadora DELE y colaboradora externa del Instituto Cervantes.
Una vez alguien me dijo que la vida es como un mosaico. Cada decisión, cada experiencia y vivencia parece no representar nada por sí sola porque las vivimos de manera aislada, pero llega un momento en el que las teselas de nuestro mosaico particular muestran un resultado que parece no ser fruto del azar. Este es mi mosaico: Siempre he sido muy buena estudiante: responsable, disciplinada y estudiosa. Estudiar Traducción e Interpretación no fue algo que planeara desde siempre, más bien fue resultado de una casualidad y, aunque cometí la temeridad de empezarla con mi nivel de inglés de bachillerato, la terminé con buenas notas. Me esforcé mucho pero también tuve la grandísima suerte de poder pasar veranos fuera estudiando inglés. Estuve en Londres, Dublín y Brighton. Pasar estancias cortas en el extranjero siendo tan joven me ayudó a descubrir nuevos horizontes, culturas y formas de pensar.
Durante el tercer año de carrera, visité a una amiga que estaba haciendo el Erasmus en Alemania; y en ese viaje me enamoré de las tierras germanas. Bueno… hoy día creo que en verdad me enamoré de la libertad, la independencia y las oportunidades que te brinda vivir en el extranjero. Al regresar a Galicia, tuve claro que al acabar la carrera me iría a Alemania. Dicho y hecho, en enero de 2007 puse rumbo a Berlín con un billete solo de ida.
En Berlín empecé a estudiar alemán en una academia de idiomas en la que meses más tarde hice unas prácticas. Fue un experiencia excepcional para mejorar mi alemán, conocer personas de diferentes países, organizar y participar en eventos y actividades sociales y, claro está, conocer cómo funciona una escuela de idiomas desde dentro. Después de tantos años estudiando decidí que era hora de encontrar trabajo; y lo encontré como traductora en plantilla de una agencia de traducción internacional especializada en traducción técnica. Aprendí mucho durante mi tiempo en la empresa, pero también sentía que necesitaba hacer algo más. De forma paralela empecé a dar clases de español y así conocí a gente que me ayudó a tomar una dirección bien distinta. Era buena enseñando, o eso decían, así que me animaron a enviar mi currículum a una escuela internacional que buscaba profesores de español. Este fue mi trampolín al mundo de la docencia y enseñanza de mi lengua materna. Desde entonces, febrero de 2011, no he dejado de formarme como profesora de ELE y dar clase.
Pronto cursé un master de enseñanza del español como lengua extranjera que me abrió de lleno las puertas a la didáctica y al aprendizaje de la L2. De todo lo que aprendí durante el máster, que fue muchísimo, me fascinó conocer el concepto de interlengua y fosilización. De hecho, mi tesis de máster trata la interlengua de mis propios estudiantes de español y una propuesta para la corrección de errores. Asimismo, como yo era (y lo seré siempre) aprendiente de inglés y alemán; podía comprobar o verificar en mi propia persona lo que leía en artículos y apuntes.
La labor investigadora que había llevado a cabo durante la tesis de máster hizo plantearme iniciar los estudios de doctorado. Poco después empecé a formar parte del grupo de investigación Diskurspartikel und Kognition (DPKog) de la Universidad de Heidelberg y fui becada por el Iberoamerika-Zentrum (IAZ) de la misma universidad para realizar el doctorado. Mi trabajo doctoral se enmarca dentro de la pragmática experimental y analiza los costes de procesamiento del focalizador “hasta” en hablantes nativos de español. Durante esta larga travesía que es el doctorado, he aprendido nuevos métodos de investigación y enfoques para la enseñaza de idiomas, he podido asistir y participar en talleres, seminarios y congresos internacionales, trabajar en un equipo multidisciplinar e iniciar mi carrera docente en traducción y enseñanza de español en el ámbito universitario. De esta época podría escribir tantas páginas como tiene mi tesis, pero la resumo en la siguiente frase: el doctorado ha sido la mayor etapa de realización y superación profesional y personal que he vivido.
Ya han pasado casi 16 años desde que llegué a Alemania y aunque mi mosaico sigue inacabado, ya lo veo con mucho color y forma… Por último, no me gustaría acabar sin escribir algunas líneas con unos datos más personales: me he mudado 6 veces, como buena gallega me gusta la empanada de zamburiñas, me gusta escuchar música alegre de todo tipo, bailar salsa cubana, leer en español, coleccionar libretas, el olor a hierba recién cortada, los colores pastel, el sol y el buen tiempo. ¿Un plan tranquilo y perfecto para un momento libre? Sentarse en un sitio al sol con un buen libro y una taza de café.